martes, 10 de abril de 2007

El relámpago que cayó un día de primavera...


Nos encontramos en un pueblo de Albacete, La Roda, de donde yo vengo. El pasado miércoles, 4 de abril, estaba establecido, tal y como viene marcando la tradición, que a las 21.00 horas saliera la procesión del silencio. Hacia las 5 de la tarde, todo el mundo comenzó a prepararse sus atuendos para salir en la procesión vestidos de nazarenos. Nadie imaginaba que en poco más de media hora, el tiempo pegaría un cambio radical.

Yo me encontraba en el sótano de mi casa con unos amigos y de repente por unas ventanas con escasas vistas al exterior, debido a que nos encontrábamos bajo tierra, entró un misterioso destello. No hubo tiempo a preguntarnos que había sido eso cuando un sonoro estruendo golpeó nuestros oídos y, seguidamente, cayó una oleada de granizo que deterioraría los cristales de muchos automóviles. Yo salí con uno de mis amigos y perplejos, asistimos al curioso temporal que se nos presentó de repente.

No. Evidentemente, la procesión acabó por no salir. Poco después nos enteramos de que ese destello y estruendo, provenían de un relámpago que había caído ahí al lado... a escasos metros. En la Plaza Mayor de la localidad. Increible.

Hubo establecimientos que se quedaron sin luz y sin líneas telefónicas y las luces del supermercado más cercano se apagaron. A los pocos días un edificio cercano al lugar donde impactó el rayo, hubo de ser apuntalado. Y el estruendo no dio para menos. Todo parecía como una película...

Personalmente, si hay algo que no sabía es que un relámpago pudiera causar tantos desperfectos.

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